miércoles, 28 de agosto de 2019

GAMIFICACIÓN

Esta vez la experiencia fue una más de las tantas desafiantes de este año, y de esta interesantísima saga de cursos. La idea consistió en crear un "kahoot" para experimentar con nuestros alumnos la gamificación dentro del aula. Seleccioné para este desafío la materia Prácticas de Lectura, Escritura y Oralidad del 1º año del Profesorado de Educación en Lengua y Literatura del IES 9-023 de Maipú. Me hubiera encantado practicarlo en la universidad (hay más alumnos, iba a haber más competencia y más ruido) pero mi materia corresponde al primer cuatrimestre. Aun así, la experiencia fue por demás enriquecedora y me sirvió para darme cuenta que el juego aviva, alegra y... enseña a cualquiera.
En esta materia estamos actualmente atravesando una revisión y fijación de contenidos relativos a las dos grandes secuencias textuales y sus géneros discursivos propios: la exposición y la argumentación. Sobre este terreno, entonces, ideé el kahoot para poner a prueba sus conocimientos sobre el tema. La preparación y el despliegue de artefactos ya cambió en ellos el humor y la actitud: parlantes, proyector y computadora alineados, si bien siempre los uso para mostrar las presentaciones de power point, no entendían en un comienzo lo que veían reflejado en el pizarrón. Les expliqué que íbamos a jugar e inmediatamente se coparon con la idea. 
El grupo en general es tranquilo y totalmente abierto y receptivo a las nuevas tareas. Al principio nos costó un poco poder conectar los teléfonos a la red del Instituto. Podría decir que ese fue el mayor obstáculo de la implementación del juego. No todos tienen el acceso a "datos" desde el celular y la red con la que contábamos por momentos se caía. Luego de varios minutos intentando la conexión al juego, ¡empezamos!


Pusieron a prueba sus conocimientos y, además, fue enriquecedor porque tuvieron que conectar varias habilidades a la vez: la rapidez en responder, la conexión de respuesta con color determinado (y pulsar efectivamente ese color, muchos al principio se equivocaban porque no establecían esa relación); como así también manejar los nervios y la adrenalina. 
Aquí un poquito de la experiencia en video:



Luego, al momento de la encuesta y de evaluar la experiencia, surgieron conclusiones como las siguientes:
  • Los alumnos manifestaron que les encantó la experiencia, sobre todo como motivación o como cierre para "distender" y "hacer cosas diferentes en el aula". Inclusive realizaron la inmediata asociación de que kahoot o el juego constituye una rica herramienta para trabajar en secundaria (su futuro profesional). 
  • Los alumnos se vincularon sanamente con la competencia, mostrándose amables con los ganadores y sin perder de vista las risas y el buen clima de trabajo. 
  • También midieron sus conocimientos porque en cada una de las preguntas muchos no sabían la respuesta correcta y pudieron detectar sus "falencias" o supuestos falsos sobre el tema. 
  • Manifestaron, por último, que ha sido esta la primera experiencia de juego en el aula en el ámbito del nivel superior. Y con esto me los compré.
Más que interesante y válido. Sirvió para distender, para darle color a clase, pero no "fuegos artificiales" porque sí: también evaluamos el alcance de los temas vistos y hasta avanzamos en una retroalimentación para revisar las respuesta incorrectas. ¡Muy bueno!





domingo, 25 de agosto de 2019

¿Qué evalúo?

Este módulo del curso EVAD nos invitó a reflexionar y conocer más sobre el proceso de evaluación. Sobre todo, en relación con la tarea de la recolección de información. Tarea que los docentes realizamos muy a menudo y de manera excluyente. Ahora bien, teniendo en cuenta que esa información "debe ser información relevante para fundamentar luego juicios y decisiones que llamamos evidencias de aprendizaje en nuestros alumnos", conviene preguntarnos: ¿recolectamos eficazmente dichas evidencias? ¿priorizamos la utilización de instrumentos valiosos y genuinos para obtenerlas? Estos interrogantes deben encabezar una reflexión que, como poco, nos debe poner a pensar en nuestro quehacer educativo y, como mucho, hacernos sentir un poquito incómodos con lo hecho hasta aquí. 
La evaluación es quizás la dimensión o la instancia del proceso de enseñanza-aprendizaje que pienso con mayor respeto y minuciosidad. Ya comenté en un posteo anterior que hace dos años he iniciado un proceso de reformulación de mis hábitos y prácticas de evaluación que, por suerte, me está ayudando a contribuir al progreso y autorregulación del aprendizaje de mis alumnos, a ser más justa y objetiva a la hora de evaluar, a construir y transparentar criterios lógicos de evaluación desde el principio. Y respecto a esto, las rúbricas constituyeron para mí todo un hallazgo. 
Constituyen un instrumento más que valioso a la hora de recoger esas famosas evidencias de aprendizajes que tanto ansiamos visibilizar. La metáfora de que son como una "hoja de ruta" me parece totalmente adecuada y característica de una rúbrica bien construida y bien empleada. Debo confesar que su confección no es sencilla, pero luego allana el camino y facilita de sobremanera el proceso de evaluación para nosotros los docentes, así como arroja gran claridad en los alumnos. Día a día trato de implementarlas y cada vez con mayor éxito. A los alumnos les gusta, tiende a disminuir en ellos la ansiedad, el temor frente a lo desconocido y los ayuda y guía en todo el proceso. 
En esta oportunidad, construí dos rúbricas y una, la holística, desconocida por mí hasta el momento. Es decir, sabía que existía pero nunca antes la había confeccionado y mucho menos empleado.
Esta es la primera de las rúbricas que confeccioné para evaluar la producción de una línea de tiempo sobre los principales periodos de la historia de la literatura de Grecia y Roma antiguas. De hecho, muchos alumnos realizan esta línea para preparar el examen final y ubicar todos los contenidos en ella. Qué mejor que construir una rúbrica que guíe su confección y la evalúe.
Esta es la segunda de las rúbricas, la holística, que confeccioné para evaluar la producción colaborativa de un podcast sobre la continuación del Canto IV de Odisea, un canto que solemos analizar en profundidad en clase. Combina la evaluación de aspectos conceptuales con la valoración de aportes creativos a partir de la reescritura del texto original. 

Ambas supusieron un desafío pero también una gran utilidad. Es innegable el poder del instrumento en sí para las dos partes implicadas en el proceso: profesores y alumnos, ¿por qué no emplearlas entonces?
Espero también sea para ustedes de gran utilidad la implementación de estos instrumentos. ¿Terminamos con un poco de humor?

Yo creo que sería conveniente este tipo de alumnos... 

Antes que este otro...

¿Vos qué pensás?



lunes, 5 de agosto de 2019

¿Qué es la evaluación?

La evaluación: nuevas perspectivas

¡Muy buenas tardes a todos! Los saludo sintiendo que hace mucho tiempo no interactuamos. Intentaré romper el hielo nuevamente, y desacelerar motores para darnos algunos minutos a la reflexión. 
En esta oportunidad, comenzamos el último tramo de un recorrido que, en lo personal, ha sido totalmente provechoso. Y digo provechoso en varios sentidos: porque "he conocido" más y nuevas herramientas, porque he aprendido lo valioso del trabajo con los pares pero de verdad y codo a codo, porque he sacudido esquemas y estructuras previas que acaparaban mi atención y mis prácticas y también y fundamentalmente, porque me he animado a más.  Hoy, ahora, y con este nuevo curso sobre la "Evaluación en Ambientes Digitales", animarme a más significa cuestionar la evaluación. Y en el mejor de los sentidos posible. 
La primera pregunta que nos interpela es ¿cómo es la evaluación que realizo con mis estudiantes? ¿en qué enfoque me encuentro posicionada con el uso de las TIC para la evaluación?
Una respuesta sincera a la primera de las preguntas sería: "intentando que sea mejor, más pertinente y objetiva día a día". Comencé hace dos años un proceso de revisión de mis propias prácticas en torno a la evaluación gracias a un taller que dictó una colega especialista en evaluación, la Dra. Sandra Intelisano; el cual debo admitir me incomodó bastante. ¿Por qué? Porque resultaba evidente cómo mis evaluaciones dejaban bastante que desear en cuanto a conceptos o ideas que ella asociaba a la evaluación como aprendizaje y para el aprendizaje; la evaluación auténtica; la evaluación formativa y ni que hablar de la evaluación por competencias. Sentí, por momentos, cómo había sido injusta, incoherente, poco explícita, y cómo dependía de mí que más de la mitad de los alumnos desaprobaran un parcial. Hasta el momento creía que los alumnos debían estudiar más, a partir de entonces me di cuenta que estaba haciendo algo mal y dependía también de mí.
En este sentido y con suma conciencia y compromiso, comencé entonces un proceso de deconstrucción de mis propios esquemas sobre la evaluación en vías a una evaluación más auténtica. Cambié, desde entonces, hasta el modo de puntuar mis exámenes. Entendí que si un indicador en mi examen pesaba más que los demás, pues ese debía tener más tareas asignadas y no el 50% del puntaje para matar a todos los alumnos. Me comprometí a pensar la evaluación como parte de todo el proceso, utilizando rúbricas que favorecieran la retroalimentación. He sido y soy testigo de los progresos de mis alumnos cuando saben qué tienen que mejorar, por qué y cómo lo pueden conseguir. Por supuesto que me hallo dentro de un proceso en el que día a día trato de ir mejorando, pero lo cierto es que sé que no puedo volver atrás. 
Con respecto a la segunda pregunta, me encuentro actualmente en el enfoque 3, aquel que entiende a la evaluación como diseñadora de la clase. Aunque debo admitir que, incipientemente, comienzo a pararme en los enfoques 4 y 5. Por ejemplo, el trabajo del portafolio es una estrategia que he utilizado y utilizo pero que ahora quiero cambiar por el e-portafolio en una materia en la que tengo complemento virtual. Con respecto a la colaboración y la socialización en las redes, me he animado también a crear mi grupo cerrado en facebook y comenzar a trabajar. Vamos de a poco pero con mucha conciencia y compromiso. 
A partir de lo trabajado en este Módulo 1 en realidad más que cambiar, estoy afirmando este proceso lento de renovación que comenté que estoy llevando a cabo hace dos años. Aun así, considero que en materia de TIC tengo todo por hacer. Desconocía, por ejemplo, los "enfoques" en el uso de las TIC en cuanto a la evaluación. Ahora, con un panorama más claro pude diagnosticar y repensar hacia dónde virar mis procesos. El trabajo de la encuesta y el desconcierto y contrariedad de algunos docentes a la hora de responder, me llevó a pensar que en realidad en materia de evaluación hay todavía mucho por hacer. 
La experiencia de trabajo en grupo fue enriquecedora. En realidad, uno prefiere a veces trabajar solo ¿no? sus ritmos, su tiempo, sus ideas. Sin embargo, y por más que a veces se "embarre" la cancha es muy formativo trabajar con otros. Es preciso ser paciente, escuchar, aceptar las ideas de los demás, ceder, amoldarme a los "estilos" de los otros y ser capaz de descubrir que cuando uno cree que está todo dicho, viene tu compañero y te sacude los esquemas. Es muy motivador por el apoyo que se genera y la actitud de compañerismo. En términos generales, ha sido una experiencia positiva. Considero que tanto mi actitud como la de mis compañeras ha sido totalmente activa, a veces "desordenada" teniendo que aguardar los tiempos de cada una. Pero, vuelvo a reiterar, altamente positiva. 
Desafío, ¡allá vamos!
Les dejo por último el link de acceso al trabajo colaborativo de las TIKAS. ¡Espero les sea útil!